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TRABAJO EMOCIONAL

Al igual que la mayoría de los otros sistemas de psicoterapia corporal, la Integración Postural® trabaja con un concepto de memoria somática; la idea de que, como dijo Wilhelm Reich, “cada rigidez muscular” – o, de hecho, cualquier otra restricción corporal – “contiene la historia y el significado de su origen”; y que al liberar la restricción y recuperar la memoria, especialmente la memoria emocional, una persona puede disolver un patrón correspondiente de restricción psicológica. Las memorias emocionales se almacenan subcorticalmente, a través de la amígdala y otras áreas cerebrales relacionadas y también en el propio tejido. Los practicantes de PI han experimentado a lo largo de los años que ciertos patrones emocionales se fijan en áreas especiales, conocidas como los siete segmentos de experiencias corporizadas. Hay considerable evidencia de que las memorias traumáticas pueden almacenarse y expresarse de manera inconsciente y no verbal. En otras palabras, las memorias emocionales son inconscientes – aparecen como sentimientos, no como memorias de sentimientos – y persistentes. Los Integradores Posturales tienden en la práctica a fomentar y apoyar los impulsos y experiencias corporales espontáneas, con la expectativa de que esto llevará a alguna forma de finalización, reencuentro y/o descarga. Apoyarán tu proceso de autorregulación en diferentes etapas de tu “ciclo de afecto”, para que aprendas a cargar tus emociones de manera que mejore la comunicación contigo mismo y con tus familiares, así como la descarga de tus emociones de manera que tu mente-cuerpo no necesite crear condiciones psicosomáticas para regular tus necesidades emocionales, deseos y anhelos.

El cuerpo es una unidad sensible llena de memoria almacenada y la forma de acceder a los sentimientos y la memoria varía de una persona a otra y de un estilo terapéutico a otro. Los Integradores Posturales ayudan al cliente con una concepción de carácter – un nombre para el patrón más amplio de retenciones psicosomáticas que en parte definen a cada individuo: nuestra “tendencia condicionada”. Es por eso que a menudo alentamos a los clientes a permanecer con y experimentar plenamente estados corporales desagradables y dolorosos. Pero también nos interesan los estados positivos y placenteros, que apoyan la realización de tu potencial interno, más que las limitaciones fijadas por el carácter antiguo de tu fuerza vital. Básicamente, buscamos ayudar a desplazar el enfoque del cliente de su cuerpo como fuente de dolor a su cuerpo como fuente de placer y comodidad, la relajación física que disminuye la ansiedad emocional y la restauración de la posibilidad de autoconciencia y de un sentido de autocontrol de la situación.